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miércoles, 27 de enero de 2016

REFORMA DE JULIO CÉSAR

REFORMA DE JULIO CÉSAR

         Ya se ha hecho mención de cómo los pontífices no efectuaban la intercalación a su debido tiempo, sobre todo por motivos políticos. Esta falta de regularidad motivó que no hubiera coincidencia entre los meses y las estaciones. El otoño  cae en verano, se lee en una carta de Cicerón a Atico (X, 17). Y Suetonio, Caes., 40: “Ni el tiempo de la siega cae en verano, ni el de la vendimia en otoño”.  Neque messium feriae aestate neque vendemiarum autumno conpeterent.

         Al entrar de nuevo en vigor la Lex Domitia, abolida por Sila, fue César elegido Pontifex Maximus en el 63 a.C. tras la muerte de Metelo Pío. Sin embargo la reforma no la emprendió hasta el 46 a.C., año de su tercer consulado y primero de M. Aemilius Lepidus. Lo que indica que hasta entonces las intercalaciones continuaron sin un orden fijo (71).

         En la correspondencia de Cicerón destacan dos cartas fechadas en el 703 de la fundación de Roma en las que muestra una gran inquietud respecto a la intercalación: “No lo olvides, procura por ti mismo y por medio de todos nuestros amigos, especialmente por Hortensio, que mi año en este cargo dure según lo establecido sin que se decrete nada nuevo. No sé si, además, pedirte que luches para que no se haga ninguna intercalación. Pero no me atrevo a imponerte esta carga. De cualquier manera insiste en lo del año” (72).

         En la segunda: “Hagamos votos todos los días para que no se prolongue el año” (73).
Quinto togam puram liberalibus (17 marzo) cogitabam dare; mandavit enim pater. Ea sic observabo quasi intercalatum non sit.
                                                                           Cicerón, Att. VI, 1, 12
“Pienso entregar la toga blanca a Quinto en la fiesta de  Liber (17 de marzo); pues así me lo encargó su padre. Lo tendré en cuenta como si no hubiera mes intercalar.

         Ambas son de la misma fecha. En ese año Cicerón se encuentra de procónsul de Cilicia, y César lleva ya varios años de pontífice.

         Inició la reforma intercalando entre noviembre y diciembre dos meses  con un total de 67 días –33 y 34 respectivamente-, a pesar de que en ese año se había hecho ya una intercalación de 23 días en el mes de febrero. De esta manera el “annus confusionis ultimus” fue de 443 días, según Macrobio; de 445, según Censorino.

         Para evitar que se  repitieran los errores del pasado, suprimió el mes intercalar, y al año civil de 355 días le sumó 10 ¼ días, adecuándolo así al año solar. Esta adición quedó repartida entre los meses de 29 días de la manera siguiente: enero, agosto, diciembre, tomaron dos días, abril, junio, septiembre y noviembre, uno; a febrero lo dejó con igual número de días “para que la religión no se indispusiera con los dioses infernales”.
         Respecto al ¼ de día que faltaba ordenó César que los sacerdotes intercalaran un día cada cuatro años en el mes y fecha donde antes se intercalaba un mes: “ante quinque ultimos Februarii dies”. Y Censorino: “Post Terminalia intercalaretur”. A este día se le dio el nombre de bisextus. Y desde este año –desde el cuarto consulado de César- los años reciben el nombre de “julianos” (74).

         El bisiesto era considerado por los romanos como nefasto, y la influencia, según algunos supersticiosos, se extendía a todo el año. De ahí el “Non plantem hoc anno vineam qui bisextus est”. Aug. Epist. 55, 13.
“Id bissextum Caesar censuit nominandum”Macrobio, Sat. 1, 146
“ideo bissextus dicitur quia bis VI kal. Martii habet Februarius” Dionisio Exyg.  Pasch. 16
         En el libro XXVI de Rerum Gestarum Libri XXXI, amiano Marcelino nos cuenta cómo  Valentiniano I no se dejó ver en cierta  ocasión “porque era un día intercalar de febrero de un año bisiesto que él sabía que entre los romanos era de mal augurio”.
         Como nota curiosa podemos mencionar – como nos cuenta macrobio en el capítulo IX- la estatua de Jano representando la medida del año: aparece sosteniendo en la mano derecha el número 300; y en la izquierda, el 65. Plinio nos describe también otra estatua del dios con el mismo número en la derecha; pero en la izquierda, el 55. Probablemente una estatua será anterior -y la otra posterior- a la reforma.
         Volvamos a la reforma. ¿Quiénes fueron  los encargados de hacer los estudios astronómicos para llevar a cabo estos cambios? Según Macrobio, César contó con la ayuda del escriba Marco Fulvio; Plutarco asigna esta tarea a los filósofos y matemáticos contemporáneos de César; Plinio la atribuye a Sosígenes.
         Ovidio también nos la describe en los versos 161-165 del libro III de Fastos.
161 IIle moras solis, quibus in sua signa rediret,
162 traditur exactis disposuiise notis.
163 Is decies senos tercentum et quinque diebus
164 iunxit et e pleno tempora quarta die
165 hic anni modus est, in lustrum accedere debet.  Ovidio, Fastos III,160-165

Es tradición que él (César) había establecido con datos exactos la tardanza del sol para regresar a sus propios signos. A los trescientos cinco días sumó sesenta y la cuarta parte de un día completo. Esta es la medida de un año, debe añadirse a un lustro.


         Sabemos en qué meses fueron insertados los días que equiparaban al año civil con el solar para que fuera este el que rigiera. Pero no se ha dicho en qué lugar dentro de cada uno de los meses. Veamos.
Como los ritos de las nonas y los idus ya estaban fijados, no los quiso colocar antes de esas fechas ni tampoco ponerlos inmediatamente detrás de los idus para no cambiar las fechas de los días feriados. Entonces, una vez pasados estos, los distribuyó de la siguiente manera:
         Para Enero, los días 29 y 30 quartum et tertium kalendas februarias.
Para Abril, el 29: tertium Kalendas Maias
Para Junio, el 29: tertium Kalendas Iulias
Para Sextilis (Agosto), el 29 y el 30:quartum et tertium kalendas septembres.
Para Septiembre, el 29: tertium kalendas octobres
Para noviembre, el 29: tertium kalendas Decembres
Para diciembre, el 29 y el 30: quartum et tertium Kalendas Ianuarias

Fue voluntad de César que los días añadidos fuesen fastos, y estableció que ninguno fuese nefasto ni comicial para no dar a los magistrados la ocasión de aumentar su ambición. Esta reforma se hizo mediante un edicto.

“Pues, por eso, intercaló los nuevos días hacia finales de cada mes, donde encontró el término de todas las fiestas del mes y además anotó como fastos los días añadidos para dar mayor libertad a los procesos judiciales; y de los días añadidos no sólo no señaló ninguno como nefasto sino que ni siquiera como “comicial” para que la intercalación no aumentara la ambición de los magistrados.

Nam ideo novos dies circa finem cuiusque mensis inseruit, ubi finem ómnium quae in mense erant reperit feriarum adiectosque a se dies fastos notavit, ut maiorem daret actionibus libertatem,et non solum nullum nefastum sed nec comitialem quemquam de adiectis diebus instituit, ne ambitionem magistratuum augeret adiectio.

                                               Macrobio Saturnales, I,14,12-13


         La intercalación había que hacerla al final de cada cuatro años y antes del inicio del quinto; pero los sacerdotes cometieron el error de efectuarla cada tres años,ya que la realizaban al comenzar el cuarto año (75).

         Este  fallo en la intercalación ocasionó que se sumaran doce días, en lugar de nueve a lo largo de los treinta y seis años que duró el error. Plinio y Macrobio nos dicen que, una vez descubierto éste, Augusto ordenó que no se hiciera la intercalación durante doce años para borrar la diferencia de tres días que había y, transcurrido este  periodo, se volviera a efectuar la intercalación de acuerdo con lo establecido por Julio César. Según Amiano Marcelino, en la obra mencionada, Octavio Augusto quitó a los pontífices la facultad de hacer la intercalación, y ordenó que este calendario se gravara en bronce para conservarlo a perpetuidad.
         Tras la reforma, quintilis y, más tarde, sextilis cambiaron sus nombres por Iulius y Augustus respectivamente.
         Non quintilis veni in Puteolanum. Postridie iens ad Brutum in Nesidem haec scripsi. Sed eo die quo veneram cenanti Eros tuas litteras. Itanc? “Nonis Iulis”? Di hercule istis!...Sed stomachari totum diem licet. Quicquamne turpius quam Bruto “Iuliis”? Nihil Vidi. Redeo ad meum igiturΕΤEΩΜEN”. Att. XVI, 1,1.

         “El siete de Quintilis llegué a Puteoli. Al día siguiente, yendo al encuentro de Bruto en Néside, te escribía esto. Pues bien, el día que llegué, cuando estaba cenando, Eros me entregó tu carta. ¿Es posible?”¿El siete de Julio”?¡Por Hércules que los dioses a esos... es para estar enojado todo el día.¿Hay algo más vergonzoso para Bruto que “Nonas de Julio”?No he visto nada así, pues, vuelvo a mi “larguémonos”.


         ITA UT HERI TIBI NARRAVI  VEL FORTASSE HODIE (QUINTUS ENIM ALTERO DIE SE AIEBAT) IN NESIDA VIII ID. IBI BRUTUS QUAM ILLE DOLUIT DE “NONIS IULIIS”. MIRIFICE EST CONTURBATUS. ITAQUE SESE SCRIPTURUM AIEBAT UT VENATIONEM EAM QUAM POSTRIDIE LUDOS APOLLINARIS FUTURA EST PROSCRIBERENT IN IDUS QUINTILIS.
                                               Att. XVI. 4


Como te conté, ayer o quizás hoy (pues Quinto dice al otro día)a Néside el ocho. Allí, Bruto ¡Cómo le dolió lo de “Nonas de Julio”! Está enormemente afectado. Así, pues, dice que va a escribir para que el “espectáculo de la caza” que se iba a celebrar al día siguiente de los Juegos apolinares se anuncien por de medio de carteles para los Idus Quintilis (actual 15 julio).
Leamos lo que nos dicen al respecto las fuentes: Suetonio menciona entre los honores conferidos a César -”que rebasan la condición humana”- el de dar su nombre a un mes del año;y, hablando del reajuste del calendario llevado a cabo por Augusto, nos comunica que éste dio su nombre al mes sextilis porque obtuvo su primer consulado y su más brillante victoria en este mes (76). Plutarco nos da, sin más, la noticia de estos cambios.
         Nos proporciona, por ejemplo, más datos Censorino al señalar que, en el segundo año juliano, el nombre de quintilis se cambió por el de Iulius, siendo el quinto consulado de Cayo César y el primero de Marco Antonio (Lex Antonia de mense Quintili, del 44 a.C.); y el de sextilis, por augustus mediante un senadoconsulto en el consulado de Marcio Censorino y Cayo Asinio Galo, en el año XX de la era de Augusto(77). E igualmente Macrobio, que abunda en detalles, al especificar que fue el hijo de Marco Antonio el que presentó la ley para que quintilis se denominara Iulius, por ser el mes en que nació Julio César, concretamente el día doce. Respecto al mes de agosto nos ha conservado el texto del senadoconsulto que es como sigue:
CUM IMPERATOR C AESAR AUGUSTUS MENSE SEXTILI ET PRIMUM CONSULATUM INIERIT ET TRIUMPHOS TRES IN URBEM INTULERIT ET EX IANICULO LEGIONES DEDUCTAE SECUTAEQUE SINT EIUS AUSPICIA AC FIDEM SED ET AEGYPTUS HOC MENSE IN POTESTATEM POPULI ROMANI REDACTA SIT FINISQUE HOC MENSE BELLIS CIVILIBUS IMPOSITUS SIT ATQUE OB HAS CAUSAS HIC MENSIS HUIC IMPERIO FELICISSIMUS SIT AC FUERIT PLACERE SENATUI UT HIC MENSIS AUGUSTUS APPELLETUR (78).

Celebróse un plebiscito con la misma finalidad a instancias de Sexto Pacuvio, tribuno de la plebe. Fueron varios los emperadores que cambiaron la denominación de algunos meses, pero la misma duró el tiempo de su mandato. Vayamos a Suetonio:
De vita duodecim Caesarum
Tib.,26 “ Se opuso a que los meses de septiembre y octubre se llamaran Tiberio y Livio”. (Livio en honor a Livia).
Calig.,15: “por otra parte acordó que, en memoria de su padre, el mes de septiembre llevara el nombre de Germánico”.
Nero, 55: “Sentía un afán desmedido de perpetuar su nombre... por este motivo llamó neroniano al mes de abril”.
Domitianus, 13: “Tras adoptar el sobrenombre de Germánico, cambió de nombre a los meses de septiembre y octubre por los suyos “Germánico y Domiciano”, porque en el primero se había hecho cargo del poder; en el segundo, había nacido. GERMANICI COGNOMINE ASSUMPTO, SEPTEMBREM MENSEM ET OCTOBREM EX APPELATIONIBUS SUIS GERMANICUM DOMITIANUM QUE TRANSNOMINAVIT, QUOD ALTERO SUSCEPISSET IMPERIUM, ALTERO NATUS ESSET.

         Por su parte, Tácito en Annalium Liber XVI, 12 nos da una información más detallada respecto a Nerón: “ A los meses que seguían a abril, llamado también “neroniano”, les cambió el nombre: mayo, por el de Claudio; junio, por el de “Germánico”. Recordemos que el nombre de este emperador tras la adopción era: Nero Claudius Drusus Germanicus Caesar).

         En Macrobio, De saturnalibus I, 12, parece que Germánico y Domiciano no corresponden a la misma persona: “El mes de septiembre al que Domiciano había dado el nombre de Germánico, mientras que dio el suyo propio a octubre, mantuvo su primitiva denominación”. MENSIS SEPTEMBER PRINCIPALEM SUI RETINET APPELLATIONEM: QUEM GERMANICI APPELLATIONE OCTOBREM VERO SUO NOMINE DOMITIANUS INVASERAT.
         Julio Capitolino, Antoninus Pius, X “El senado promulgó un decreto en virtud del cual los meses de septiembre y octubre se llamaran Antoniano y Faustiniano, pero Antonino lo rechazó”.

         Elius Lampride, Cómodo Antonino, nos dice que este emperador cambió los nombres de: agosto, por Cómodo;septiembre, por el de Hércules; octubre por el de Invicto; noviembre, por el de Exuperatorio; diciembre, por el de Amazonio.

         Vopisco, Tacitus XIII: “Este mismo (Tácito) ordenó que septiembre se llamara Tácito”.

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